De ellos es el reino de los cielos

De ellos es el reino de los cielos.

Este mes se celebra el “Día del niño”, para el mundo es una celebración importante ya que se festeja a los más inocentes de nuestra sociedad pero… ¿Cómo es para los hijos de Dios? ¿Qué nos enseña la Santa Palabra sobre ellos?

Los niños son un regalo de Dios, como parte de su herencia:

 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.” (Salmos 127:3)

Cuando nuestro Señor Jesucristo y sus discípulos recorrían las ciudades enseñando la palabra de Dios, muchas personas les seguían y querían estar con el maestro, incluidos los niños, aunque los discípulos intentaban alejarlos. Pero nuestro Señor, dejando que los niños se acercaran a él, hablo sobre ellos nombrándolos como “los dueños del reino de los cielos” y también agregó que nadie que no fuera semejante a ellos llegaría al paraíso.

Entonces les fueron presentados unos niños para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron.

Pero Jesús dijo: «Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque  de los tales es el  reino de los cielos ».“ (S. Mateo 19:13-14)

 

Entonces nos preguntamos, ¿En qué  debemos parecernos a los niños?

La enseñanza resalta la inocencia de los niños y la pone como digna de imitar, nuestro Señor Jesucristo también hablo de ello.

 En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?

 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,

 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.

 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.

Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno y que se le hundiese en los profundo del mar” (S. Mateo 18: 1-6)

Vemos como nuestro Señor Jesús apreciaba a los niños, los defendía y usaba como ejemplo de salvación. En esos actos vemos su gran amor hacia ellos.

 

¿Cuál es nuestro deber frente a los niños? Sin duda cuidarlos e instruirlos en los caminos del Señor.

“Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se  apartara de él.”         (Prov 22: 6)

“Corona de los ancianos son los nietos, y la honra de los hijos,  sus padres.”            (Prov 17:6)

 

Como decíamos al principio los niños son los más inocentes de la sociedad y en nuestras iglesias también, es nuestro deber cuidarlos y también instruirlos en nuestros distintos roles: Padres, hermanos, tíos, pastores u otros.

Todos debemos cuidar y tratar con amor a los niños así como lo hizo Jesús.

 

 

Santo, santo, santo Salmos 121
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