Huye, pelea y triunfa

Hubo un hombre que desde pequeño recibió las enseñanzas de las sagrades escrituras, las cuales desarrollaron en el una fe genuina que lo llevo a ser una persona importante para el desarrollo de la obra de Dios. Su padre era griego por lo que él recibió la enseñanza por su madre y abuela, alcanzando buen testimonio de parte de sus hermanos y mucha estima por parte del Apostol Pablo; a punto tal que lo acompaño en muchos de sus viajes y actuó varias veces en representación de él para ciertas tareas en las Iglesias de Corinto, Tesalónica y Filipo.
Este hombre, se llamaba Timoteo.
11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. 13 Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, 14 que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, 15 la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, 16 el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
1 de Timoteo 6.11-16
Si bien la biblia no deja precisiones sobre su edad, se cree que fue en los últimos años de su adolescencia cuando Pablo lo tomó como discípulo y lo empleó para el servicio de la iglesia. Pues a pesar de su corta edad, Timoteo ejercía labores que daban “buenas referencias” de su servicio a Dios, pues los hermanos que estaban en Listra e Iconio hablaban elogiosamente de él.
En primer lugar, Timoteo acompañó a Pablo a lo largo de sus viajes misioneros para el crecimiento de la Iglesia y luego también siendo enviado a diferentes ciudades por Pablo:
- Por ejemplo, la biblia muestra que Timoteo estaba con Pablo cuando escribió las cartas a Romanos, Corintios, Filipenses y Colosenses (Romanos 16.21, 2 Corintios 1.1, Filipenses 1.1 y Colosenses 1.1).
- Pero también relata como Timoteo era enviado por Pablo a las Iglesias para cuestiones puntuales como cuando viajo a la Iglesia de Corintios y Tesalónica para exhortarlos en la fe (1 Corintios 4.17, 1 Tesalonicenses 3.2).
Entonces, a pesar de su corta edad, Timoteo era un hombre de Dios con una fe genuina y cumplía un rol fundamental en la Iglesia por esos tiempos. Lo que establece una importante enseñanza para los creyentes y en especial para los jóvenes, ya que la juventud no es sinónimo de un mal servicio a Dios y tampoco un impedimento a la hora convertirse en un instrumento en las manos de Él. Son los jóvenes una pieza fundamental para la Obra de Dios y es por ello que, confiando que es Dios quién capacita para todas las cosas, desde pequeños los hijos de Dios pueden alcanzar lo que se propongan; tanto en su vida espiritual como en los diferentes aspectos de su vida personal (familia, sueños y otras metas).
Pablo estimaba a Timoteo y sabía de su compromiso para con la obra de Dios pero no por ello dejaba de exhortarlo sobre la importancia de huir de pasiones que llevaban a la destrucción y perdición, como la doctrina de la piedad o el amor al dinero. Y esto marca otro importante punto para los Jóvenes, ya que en la actualidad, constantemente los hijos de Dios reciben estimulos de todo tipo que sólo llevan a pasiones terrenales no duraderas. Es por ello que el Apostol le instaba a pelear la buena batalla de la fe y guardar los mandamientos de Dios hasta la venida del Señor Jesucristo. Esto es extremadamente importante en una sociedad donde la satisfacción personal e inmediata, junto con la acumulación de riquezas y bienes materiales son el principal objetivo a alcanzar. Pero estas pasiones son momentaneas, llevan a destruccion y perdicion de la juventud y el alma.
Huir de ese tipo de pasiones es fácil de expresar pero dificil de alcanzar y aun mas mantener. Principalmente en la edad temprana donde si bien la semilla del evangelio está pero aun no se ha desarrollado, apareceren batallas que internas que llevan al desánimo. Por eso, huir de esas cosas conlleva un sacrificio constante y personal, donde se priorice el servicio a Dios ante todo teniendo como objetivo la salvación que un día los creyentes recibirán de parte de Él .
En dicho sentido, desarrollar una fe genuina que nos permita alejarnos de las pasiones de este mundo puede alcanzarse con actividades como:
- Trabajar la oración y lectura de las sagradas escrituras
- Participando de las actividades de la Iglesia (reuniones, ensayos o eventos recreacionales).
- Hacer amigos cristianos, que ayuden y alienten en el servicio a Dios.
- Pedir consejo a los Pastores y referentes de la Iglesia.
Entonces, la juventud no es un impedimento para servir a Dios, si lo son las pasiones de este mundo, que llevan a la destrucción y perdición del alma. Por eso, es vital pelear la buena batalla de la fé, apoyarse en los hermanos en Cristo y congregarse en las iglesias, como medios genuinos de alcanzar una vida correcta en Dios, donde sus bendiciones sean añadidas, junto con la salvación, como meta final a lograr.