Jehová, justicia nuestra.

Los hijos de Dios constantemente somos sometidos a diferentes situaciones que ponen a prueba nuestra fe y confianza en Dios, en las cuales nos vemos enfrentados a necesidades insatisfechas de nuestra alma o nuestro cuerpo. Esas son las diferentes vivencias que como creyentes debemos pasar para templar nuestra vida y adquirir, una vez superadas, una relación más fuerte, madura y sana con Dios.

Hay situaciones en particular donde otras personas nos atacan y, muchas veces sin tener razones claras, nos escogen como centro de sus bromas, insultos o incluso nos someten a injusticias mayores. Estas situaciones pueden aparecer en diferentes momentos de nuestras vidas, ya que si estamos en edad escolar o bien si somos adultos y nos encontramos desempeñando un trabajo, estas situaciones suceden y muchas veces afectan nuestra vida.

¿Alguno ha sufrido bullying? ¿Estás en un trabajo donde no reconocen tu esfuerzo? ¿Te han robado? ¿En tu trabajo te niegan permisos o licencias que te corresponden? ¿Un profesor te coloca bajas calificaciones aun cuando tu desempeño es bueno? ¿Estás haciendo una gestión en un organismo estatal, donde niegan su resolución y no sabes por qué? ¿Tus compañeros de trabajo te colocan trabas que impiden que puedas trabajar tranquilo? ¿Alguien de tu familia no te toma en serio por ser creyente? ¿Alguien en quién confiabas te ha traicionado?

Esas son sólo algunos ejemplos de las situaciones adversas que pueden aparecer en nuestras vidas y afectarla, pero, ¿cuál es la respuesta que debemos dar a ellas? ¿cómo actuar frente a situaciones donde sin merecerlo sufrimos injusticias?

En todas ellas, el desafío está en saber que más allá de lo pueda suceder, Dios estará con nosotros y no nos abandonará, sino que permanecerá junto a nosotros y nos ayudará. No importa cuánta tristeza o dolor sintamos, tampoco si todas las instancias que estén a nuestro alcance se hayan agotado, Dios está ahí y el final hará justicia sobre tu vida y sobre aquellos que imparten sus acciones negativas contra ti.

En Jeremías 23 encontramos una profecía de Dios para con su pueblo donde anuncia como Él iba a reunir al remanente de su pueblo, disperso por diferentes lugares a causa de malos pastores que los ahuyentaron, y cambiaría sus realidades, haciéndolos volver a sus moradas y cortando con el temor y amedrentamiento que su pueblo estaba sufriendo y los haría habitar confiados, sabiendo que Dios estaba con ellos.

He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cuál será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.

Jeremías 23:5-6

Dios conocía la situación de su pueblo y sabía que estaban siendo menoscabados, que estaban sufriendo y eran objeto de muchos desprecios en la tierra; y no los había olvidado, sino que, al contrario, él iba a restaurarlos y aplicaría su justicia contra aquellos falsos profetas y sacerdotes impíos llenos de maldad.

Nosotros, los hijos de Dios, también debemos colocar nuestra esperanza en Dios y esperar, por más difícil que parezca a que Dios imparta su justicia sobre nosotros y aquellos que abaten nuestras vidas.

Confiando en él, es como alcanzaremos la justicia en nuestras vidas. Es así como el bullying que sufres acabará; como tus esfuerzos en tu trabajo será reconocido; como respetarán tus permisos y derechos en tu trabajo; como tendrás las calificaciones que te mereces; como los trámites que estás haciendo se destrabarán; como tus compañeros comenzarán a ayudarte en lugar de oponerse a ti; como tu familia te aceptará como creyente y te tomará en serio y como aquél que te traicionó, volverá a ti a pedirte perdón.

Dios es quién imparte la justicia sobre nuestras vidas y es quién pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que han perseverado en él e irá y enojo a aquellos que han servido a la injusticia.

Él cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia

Romanos 2:6-8
80 años de recuerdos Los niños aprenden sobre el cuerpo y su cuidado
Los comentarios están cerrados.