¡Vamos! Donde nos manda el deber.

El pasado lunes 15 de julio comenzaba la Semana de Dorcas que dio término el lunes 22 de julio. Este trabajo consistía en que durante los cultos de la esa semana, serían las Hermanas Dorcas quienes ocuparían los lugares de coordinación, predica, porteras y ofrenderas; y también las oportunidades de agradecimientos y/o testimonios.

El Lunes 15, se dio comienzo en la Clase de Dorcas a cargo de nuestra Hna. Mirta Toro, donde nos instaba a ser agradecidas delante de Dios, la palabra se encontraba en Números 11:4-6. Acá podemos ver al pueblo de Israel, quienes luego de haber estado un año establecidos en el Monte Sinaí; emprenden nuevamente su camino a la Tierra Prometida pero se detienen en el punto llamado Quibrot Hatavá, para hacerle un reclamo a Moisés por el hecho de que solo estaba comiendo maná que caía del cielo y ellos apetecían de comer carne. Entendemos este reclamo como el anhelo de volver a tener las cosas del pasado, donde comían ¡Pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos! Esto nos enseñaba Dios, a ser agradecidos con todas las bendiciones que nos brinda día a día y no estar recordando las cosas que teníamos en nuestro pasado. Dios se encargara de llenar cualquier vacío que tu corazón siente por las cosas pasadas y te mostrara conforme a su voluntad, los planes maravillosos que están esperando por ti.

El día martes la coordinación estuvo a cargo de nuestra Hna. Andrea Rapetti y la predica guiada por nuestra Hna. Gabriela García en el libro de 1° Reyes 29:12, donde Dios nos enseñaba que nuestra actitud con el trato hacia los demás debía ser suave y apacible. Este estudio nos hablaba de la paciencia de Dios para tratarnos, pudiendo hacernos remecer con un estruendo para provocarnos miedo, Él prefiere darnos la oportunidad de recapacitar y bajar la temperatura de su voz para hablarnos suavemente.

Coordinación: Hna. Andrea Rapetti
Oportunidad: Hna. Mabel García

El día jueves la coordinación estuvo a cargo de nuestra Hna. Irene Lima y la predica en manos de nuestra Hna. Hilda Ferreira, donde su palabra se encontró en Salmos 125:1 y en esta oportunidad Dios nos enseñaba las cuatro anclas para la tormenta. Los hijos de Dios no estamos exentos de pasar pruebas y dificultades. Sabemos que en las Escrituras hubieron hombres que pasaron por diversas tormentas, como La tormenta de Jonás cuando fue tragado por el gran pez; La tormenta de los Apóstoles para ser probada su fe, entre otras que podemos encontrar. Ahora, las cuatro anclas con las que podemos enfrentar a esa tormenta que tenemos como dificultad son: 1) La presencia de Dios, en medio de tu tormenta hay un ángel de Dios a tu lado, sabemos que ninguna tormenta remueve la presencia de nuestro Dios en tu vida, por eso debemos creerle a Él. 2) El propósito de Dios, nuestro Señor tiene un propósito con cada uno de nosotros y hasta que eso no se cumpla en nuestra vida vamos a tener miles de tormentas y de todas nos librara el Señor. 3) Las promesas de Dios, las tormentas no pueden ocultar en rostro de Dios ni destruir a sus hijos porque Él prometido estar con nosotros. Es necesario que tu fe y creencia en Dios ya que puede realizar el milagro que necesitas y es fiel para cumplir sus promesas en tu vida. 4) La oración y ayuno, solo Dios sabe el tiempo que tu propósito se cumplirá e tu vida, mientras tanto debes orar y ayunar, porque estas son las armas más poderosas para que el Señor otorgue la victoria ante cualquiera que sea la amenaza de batalla que se presente.

El día domingo en la reunión general, esta coordinación fue tomada por la Hna. Lorena Yabera, y la predica por nuestra Hna. Liliana Ayala, donde la palabra se encontraba en Jeremías 32:27 e Isaías 48:9-11, Dios nos hablaba de los milagros exagerados que hizo con su pueblo y de los que Jesús realizo mientras estuvo en la tierra durante tres años. Desde milagros curativos, pasando por los creativos y los más exagerados. A continuación mencionaremos cuatro milagros exagerados: 1) La apertura del Mar Rojo; 2) La resurrección de Lázaro; 3) La curación a un ciego de nacimiento; 4) La mujer de flujo de sangre. Dios es el mismo de ayer y el de hoy, es posible que Él pueda abrir ese Mar Rojo de la crisis que atraviesas, dejando un terreno seco y que te lleve tranquilo a la otra orilla de la solución a esa tribulación que enfrentas.

A lo largo del servicio hubieron dos oportunidades para nuestras hermanas Gabriela Garcia y Mirta Toro, ellas pudieron dar gracias al Señor por su amor y su misericordia a favor de sus vidas, como a las de sus familias.

El día lunes, en la clase de Dorcas la coordinación estuvo a cargo de nuestra Hna. Camila Carrillo y la predica en manos de nuestro Pastor Luis Andaúr, donde su palabra se encontraba en Job 15:31 y el Señor nos enseñaba sobre un maquillaje cristiano. Cada vez que nos levantamos, luego de asearnos nos miramos en el espejo para mejorar nuestra apariencia y nos vamos dando cuenta de ciertos cambios físicos que vamos teniendo; a veces pensamos que es tarea de Dios cambiarnos, pero no, nosotras tenemos un rol muy importante en este cambio espiritual, este tiene que salir desde adentro y desear no ser la persona física que somos en realidad sino desear lo que ay dentro de nuestro corazón y cambiar nuestra forma de ser. Debemos tener una belleza incorruptible, la que procede desde lo más íntimo de nuestro corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta belleza tiene mucho valor delante de Dios, porque así se preparaban las mujeres que esperaban al Señor. ¡Busca tu belleza interior!

Al término de la clase, pudimos gozarnos y compartir una merienda especial, ya que también ese día el Grupo de Dorcas cumplía su 36° Aniversario. Nuestra Pastora nos alentaba con algunas palabras, como así las Hermanas que están desde el primer momento que el grupo se creó, nuestra Hna. Modi Varela, Hna. Andrea Rapetti, Hna. Clara Vallejos y la Hna. Silvia Olivares, grandes mujeres y ejemplos para las más jóvenes, ellas fueron reconocidas y obtuvieron un hermoso presente por ser mujeres virtuosas y seguir en los caminos de Dios, haciendo su voluntad.

Damos Gracias a Dios por todo lo recibido en esa semana, ya que fue de bendición a nuestras vidas.

¡Vamos! Donde nos manda el deber, deja tus luchas y pruebas; y sigue a tu rey.

«Muchas mujeres hicieron el bien, mas tú sobrepasas a todas. (Proverbios 31:29) Los amigos de Centenario
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